jueves, 24 de febrero de 2011

miércoles, 16 de febrero de 2011

El joven y el caballero


Ferrán era un niño que estaba al servicio de un importante caballero. Era muy trabajador, lo hacía todo bien.
El caballero se enteró que el muchacho era aficionado a escribir y le preguntó sobre que escribía. El muchacho le respondió que de todo. Antes de dormirme recuerdo lo que pasa y lo escribo. El joven le enseñó su libreta con los apuntes. El caballero se dió cuenta de que el chico tenía buena letra y madera de escritor. Un día apareció un desconocido, y el chico se quedó en la puerta inmóvil por que quería conocerlo. El recién llegado le propuso al caballero llevar a cabo una empresa importante. Le dijo que si había oído hablar de la piedra filosofal. Le respondió que sí y que le parecía una idea disparatada. A lo que le respondió que no era descabellada, sino que algunos quieren hacernos creer que es así.
Le dijo que los alquimistas y otras insignes personas buscaban la piedra filosofal y que él era de los pocos quen tenían información sobre ella.
El caballero se mostró sorprendido.
El recién llegado le dijo que partía para Italia al día siguiente para llevar a cabo la transformacion de los metales en oro, para lo que necesitaba dinero. Le dijo que aportara una pequeña cantidad, 500 ducados, y que compartiría el negocio con el. A lo que accedió.
Pasado un tiempo el caballero le dijo a Ferrán que si podía leer lo que había puesto en su libreta. Ferrán dijo que sí. El caballero descubrió que habia escrito el muchacho que consideraba una estupidez haberle entregado 500 ducados a aquel hombre. Le preguntó que por que creía que era una necedad. Le respondió que el desconocido nunca volvería. Y si te equivocas, le dijo el caballero. Ferran le contestó que corregiría lo que había escrito, pero que entonces quien le parecería necio sería el alquimista.
El caballero se echó a reir. Al cabo del tiempo se sabría quien llevaba razón.